Bariloche, American Dream

Por Cristian Kloster.
La visita de hace unos meses del Presidente de Estados Unidos a San Carlos de Bariloche pone, sobre relieve, la trascendencia de nuestra ciudad, una vez más. Barack Obama no es el primer Presidente de aquella potencia en visitar nuestra región y, seguramente tampoco sea la última. De alguna manera, su paso por este confín nos invita a hacer memoria sobre Primeros Mandatarios de Norteamérica que han pasado por suelo barilochense.
Todos ellos lo han hecho en distintas circunstancias, por distintos motivos, y dejando una secuela de anécdotas, apostillas y recuerdos.
Este recorrido quizás ayude a refrescar la recta histórica que involucra la presencia de Estadistas de Estados Unidos en suelo Norpatagónico. El mismo sería imposible sin la colaboración de mis amigos Hans Schulz y Martín Zubieta.
Theodore Roosevelt había dejado la presidencia de Estados Unidos ya y, con su espíritu incansable se aventuró hacia la Patagonia, llegando a nuestras tierras en 1913. Diez años después de la fundación de Bariloche, el asmático neoyorkino se sorprendió con el paisaje que enmarcaba al Lago Nahuel Huapi. Vaticinó que sería una gran ciudad, mientras pescaba truchas, y socializaba con lugareños, entre ellos muchos nativos y unos tantos foráneos, coterráneos de Theodore. Su llegada a este confín del mundo había sido por Chile, vía Puerto Varas.
Se subió al vapor Cóndor, por el Nahuel Huapi, y acompañado por una comitiva que incluía a Perito Moreno llegó a nuestras costas.
Roosevelt era reconocido por su impronta masculinidad, su perfil cuasi cowboy, su andar aventurero, y llegó a la Presidencia accidentalmente cuando un anarquista atentó contra la vida de William McKinley, dándole muerte. En su rol de vicepresidente tuvo que tomar la Jefatura. Su gestión se caracterizó por combatir la corrupción floreciente por aquellos años. Fue votado para un segundo mandato, desde 1905 a 1909. Habiendo concluido su gestión, Roosevelt se embarca en viaje “expedicionario” a Sudamérica, navegando hacia el Sur por un río que hoy lleva su nombre, el cual nace en la Sierra Chapada dos Parecis y desemboca en el Río Aripuaná (territorio brasileño).
Una crónica escrita por Ruiz Moreno asegura que pasó una noche en Mencué, durmiendo en un colchón en piso de ladrillo, y que se negó a hacerlo en una cama, compartiendo el sacrificio de los demás, luego de que esa mañana, el coche presidencial se atascara en el Río Pichileufú.

Pero si buscamos a un Presidente de Estados Unidos en ejercicio que visitó nuestra ciudad, debemos remitirnos inmediatamente al año 1960, momento en que nuestro presidente Arturo Frondizi recibía el 27 de Febrero a Dwight Eisenhower. En el mismo Aeropuerto local, y al bajar del avión, el presidente Norteamericano se refirió a nuestra ciudad con los siguientes términos: “He escuchado mucho de las maravillas paisajísticas y escénicas de Bariloche. Solamente con las vistas desde el avión y al respirar el aire de este hermoso lugar es evidente que mis informantes no estaban exagerando. (…) Me parece a mí que la Patagonia es a la Argentina lo que la frontera del Oeste fue a los Estados Unidos de América un siglo atrás.”
Eisenhower fue Presidente entre 1953 y 1961. La visita a nuestra ciudad en 1960 fue inmediatamente posterior a la Revolución Cubana, y en medio de una creciente efervescencia y tensión entre su país y la Unión Soviética.
El mandatario se alojó en el Hotel Llao Llao, donde también allí dio un discurso. Eisenhower había tenido una incidencia y participación determinantes en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, y se le asigna a él la organización, por ejemplo, del Desembarco en Normandía (1944).
La visita de Eisenhower a nuestra ciudad tenía como propósito político la Inauguración de la Ruta que une el pueblo con el Llao Llao.
Anécdotas cuentan que en el recorrido hacia el Hotel, en el asfalto detectaron pintadas a favor del Peronismo, que por aquel entonces se encontraba proscripto. El popular vecino barilochense Roberto Negro Asenjo me recuerda siempre que, por trabajar en Parques Nacionales en aquel entonces, le tocó convertirse ocasionalmente en el chofer personal de Eisenhower. El Negro incorpora al recuerdo un sinfín de anécdotas con su particular estilo.
En virtud de la V Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado realizada en San Carlos de Bariloche los días 16 y 17 de Octubre de 1995, el mandatario Estadounidense Bill Clinton llegó a nuestra ciudad en circunstancias especiales. Aquella Cumbre redundó en temas vinculados con la Educación y la cooperación iberoamericana. Bill Clinton recién asumía su segundo mandato, y lejos estaba aun del Escándalo Lewinsky. En nuestra ciudad, junto con otros jefes de Estado como Fidel Castro, Alberto Fujimori, el Rey Juan Carlos de España y el propio Carlos Menem, Clinton participó de dicho encuentro solemne.
A los fines utilitarios para nuestra ciudad, aquella cumbre provocó una atención inédita. Prensa de todo el mundo se dio cita en Bariloche.
Se realizaron reformas en el Aeropuerto, así también se mejoraron las condiciones de las rutas entre el Aeropuerto y el Hotel Llao Llao. Fue restaurada la Escuela Militar de Montaña y las fachadas del Centro Cívico y la Catedral. Y en la entrada a la ciudad se fundó la Plaza V Cumbre Iberoamericana, aquella ubicada en Diagonal Capraro y Av. 12 de Octubre. La misma supo estar decorada con las banderas de los países participantes. El destino hizo que exactamente 2 años después, el 17 de Octubre de 1997, Clinton volviera a Bariloche para unas horas de descanso. Menem volvió a oficiar de anfitrión, y esta vez pudo disfrutar de manera desacartonada un día entre el golf, los paseos turísticos y los platos típicos. En aquella ocasión, su esposa Hillary fue de la partida, quien hoy se postula para alcanzar el Salón Oval de la Casa Blanca que durante 8 años su cónyuge Bill supo ocupar. Al aterrizar en nuestra ciudad, Bill Clinton recibió dos saxos de regalo y se entremezcló con alumnos de un par de colegios.
El ex presidente Jimmy Carter visitó Bariloche hace muy poco tiempo.
Totalmente retirado de la política activa, ya, eligió nuestra ciudad para un descanso. Esto sucedió en Febrero de 2015, y mayoritariamente pasó inadvertido.
Lógicamente no se trataba de una visita oficial, sin embargo su figura estaba custodiada por más de una decena de personal de seguridad. Jimmy Carter había sido presidente entre 1977 y 1981, logrando además el Premio Nobel de la Paz en 2002. Carter, con 91 años de edad, visitó algunas estancias aledañas a Bariloche.
La reciente visita de Barack Obama tuvo características especiales. El primer mandatario afroamericano de Estados Unidos llegaba a Argentina luego de una histórica vista a Cuba, donde postuló que transitábamos un tiempo que podríamos denominar como el fin de la Guerra Fría. Su fecha de arribo no pareció muy oportuna, puesto que el país recordaba un nuevo aniversario del Golpe de Estado de 1976. Quizás sea por eso, lo cierto es que junto al anfitrión Mauricio Macri prefirieron descomprimir la tensión y la zona, alejándose a este paraje de ensueño. Sus horas acá fueron similares a las de sus antecesores: paseo por el lago, platos típicos, Circuito Chico, Hotel Llao Llao, promesa de golf, etc. Obama había recibido favorables comentarios sobre la belleza de Bariloche a través de Noah Mamet, el Embajador de Estados Unidos en Argentina, quien le recomendó impostergablemente un paso por aquí.
La visita de Obama se enmarcó en un recorrido de final de su segundo mandato, y la reapertura de diálogo con nuestro país.
La particularidad de la visita de Obama, fue su repercusión a nivel mundial. A diferencia de los anteriores mandatarios, y favorecido por las nuevas tecnologías, Barack pudo rápidamente dar cuenta de la asombrosa belleza que rodeaba a la ciudad de Bariloche. Su posteo en Facebook alabando el marco paisajístico fue rápidamente diseminado por el mundo, llegando a millones de personas. Una impensada e incalculable acción de Promoción o Marketing. Bariloche como destino turístico principal de la Patagonia quedó perpetuado en el muro de Barack, y es un tipo de gesto que deberíamos aprovechar, potenciar, optimizar en próximas tareas de promoción y propaganda. Bariloche cautivó tanto al primer mandatario Estadounidense, que ha prometido regresar en 2017. En aquella ocasión, ya será como ex presidente, acompañado de su familia y en calidad de turista.